Entre mis lecturas de verano figura el libro "The Black Swan: The impact of the highly improbable". A tenor de lo que llevo leido, lo considero de lectura imprescindible para los que como yo tienen una visión escéptica de la vida.
Hasta la colonización de Australia, se consideraba que los cisnes negros no existían. Todo cisne que se había visto era de color blanco. Y sin embargo, en Australia un día apareció un cisne negro, cambiando con ello lo tenido por verdadero en la ciencia de la ornitología.
El autor utiliza el cisne negro como metafora de los eventos inesperados, que tienen alto impacto en nuestras vidas y son explicables de modo retroactivo. El 11-S o las crisis económicas (el libro está escrito antes de la presente) son ejemplos que permiten entender de modo fácil qué considera el autor un cisne negro. Nuestra incapacidad para prever los cisnes negros se basa en nuestro sistema de pensamiento:
- Tiende a ser selectivo a la hora de identificar, tomando sólo aquellos que corroborán nuestras ideas preestablecidas
- Deshecha la existencia de eventos cisnes negros aunque estos acaecen una y otra vez
- Rechaza todo aquello que contradice nuestras ideas preestablecidas
Entre los ejemplos que el autor pone sobre la mesa para mostrarnos de modo práctico su teoría figura la vida del pollo de corral (historia debida a Russel). El pollo de corral ve transcurrir sus días alimentado por el hombre. No hay día que pase sin que le den comida a cambio de nada, llegando a considerar a la especie humana como su benefactora. El pollo de corral llega a pensar que la vida será por siempre así, comida a cambio de nada ... y cuando está más confiado le retuercen el cuello.
Sustituyamos pollo por empleado público. Lo dicho sigue siendo válido con el erario público como benefactor.
Claramente, un cambio en el estatus del empleado público, en especial de los funcionarios, es un ejemplo de potencial cisne negro. En el cual confluyen las tres características antes enumerados:
- Partimos de la idea que empleado público es un puesto para toda la vida, sin recordar que la existencia de una función pública no sometida a los cambios partidarios no ha sido una constante
- Pensamos que es imposible que el estatus de un empleado público no puede variar, como si no hubiera habido países que han variado de un día para otro el estatus de funcionarios (e.g. Italia)
- Rechazamos todo aquello que contradice nuestra visión, olvidando pronto declaraciones o hechos encaminados a la reducción de las actividades desempeñadas por los empleados públicos
Como aunque anónimo no dejo de ser humano, prefiero creer que éste cisne negro será de los que no levanten el vuelo.
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