Me he resistido a escribir sobre la última remodelación del Gobierno hasta que esta no ha sido realmente conocida en su alcance. Alguno dirá aquello de "Andrés, te has vuelto a dormir", sorprendiéndose que después de pasadas unas semanas desde que Zapatero anunció el cambio sea ahora cuando diga que se conoce su alcance. Probablemente sea un exceso de "ombliguismo", pero creo que el paso de Universidades a Educación o trasladar las Políticas Sociales a Sanidad, son poco más que cambios estéticos comparados con la voladura del Ministerio de Administraciones Públicas tras más de 20 años de existencia prácticamente inlaterada. Sólo ahora, publicado en el BOE el decreto de estructura, podemos hacernos una idea del alcance y motivos de la remodelación.
De un lado, parece que la reforma de la Administración que anunció Zapatero en su investidura y que parecía aparcada va a acometerse. Ese parece ser el sentido de poner bajo el mando de Maria Teresa de la Vega la Función Pública. Si hay una persona capaz de impulsar el paralizado desarrollo del EBEP y de tomar otras medidas que ayuden a la enésima modernización Administrativa de este país, no cabe duda que es la Vicepresidenta del Gobierno. Y ello puede ser bueno y puede ser malo, pues también es la única persona que, ya de vuelta de tantas cosas, puede tomarse el lujo de quemarse en medidas populistas. Ya se sabe, en tiempos de crisis vende dar una torta la payaso de las bofetadas que se llama Funcionario.
También finalmente la coordinación e impulso de la Administración Electrónica queda bajo el Ministerio de Presidencia, y con él, es de suponer, el Consejo Superior de Administración Electrónica. No me voy a retractar de pensar que esta medida es positiva, aunque tengo mis dudas si no es tardía para alcanzar los plazos marcados en la Ley 11/2007. A los hechos me remito, casi dos años después de su aprobación, y con el 31/12/2009 a la vuelta de la esquina, aún no están en el BOE ninguno de los desarrollos regalmentarios previsibles a la luz del texto de la Ley 11/2007. Trabajos estamos realizando todos, pero la falta aún de esa cobertura legal nos hace navegar en un mar de dudas y es de prever alguna prisa de última hora. Recordando que el actual responsable de la D.G. de Impulso de la Administración Electrónica no es funcionario, ¿será por eso que no se hace mención a la posibilidad que siga sin sin ser funcionario a diferencia de otra Dirección General de la misma Secretaría de Estado?
Y con el bagaje descrito en el desarrollo e implantación de una Ley y un Esatuto que se encontró hechos al llegar a un Ministerio, una "brillante gestora" (entrecomillo la cita que se ha oido mil veces estos días) ha sido nombrada responsable del departamento más importante en un momento de crisis económica. Visto desde fuera, parece extraño.
Sobre el papel parece que los cambios indican que al estar en la Vicepresidencia esta política pública de modernizació administrtiva ganaría impulso. Pero yo tengo mis dudas, mis muchas dudas. Quizá la han colocado ahí porque para encajar el puzzle de la remodelación gubernamental ya no tenía sentido el MAP (sobraría algún ministerio) y la Vicepresidencia primera es un poco un cajón desastre donde todo puede caber.
ResponderEliminarA lo mejor soy en exceso optimista, pero creo que será más positivo que negativo. Si se quiere hacer una gestión eficiente en cualquier asunto gubernamental de carácter transversal, y está claro que la Administración Electrónica lo es, sólo puede realizarse desde quien tiene el poder económico y/o político. Lo demás, solo lleva a reinos de taifas. Basta ver el estado de los supuestos servicios horizontales (validación de DNI, notificaciones telemáticas, pasarelas de pagos) de cada uno de ellos existen al menos tres instancias en departamentos ministeriales distintos dentro de la AGE (y 17 adicionales, uno por CCAA). No abogo por una Agencia TIC, soy por principio contrario a la misma ya que creo que tan sólo conduciría a un alejamiento de la tecnología del negocio de la Administración y a una externalización en cubierto de los bienes públicos, pero cierto orden y coordinación en este campo introrduciría criterios de eficiencia. Vamos a dar tiempo al tiempo, pero esperemos que en el medio plazo se consolide esta organización e introduzca racionalización.
ResponderEliminarAndrés, no olvides que la Administración Electrónica no es un objetivo en si misma: es sólamente una palanca. No queremos una mejor Administración Electrónica, queremos simplemente una mejor Administración.
ResponderEliminarYo soy pesimista, como Oscar, pero por diferentes motivos. Ya sabeis que opino que la única reforma eficaz en éste ámbito es la creación de la Agencia (o Agencias) de Servicios Electrónicos. Cualquier otra reforma, como la actual, es básicamente una pérdida de tiempo y un despilfarro de esfuerzos y de dinero: justo en el peor momento de la crisis.
De momento lo único que ha conseguido la reforma es un desbarajuste total en la WEB del MAP: por un lado sale Chaves en portada, con su nuevo Ministerio, pero por dentro sigue viva toda la infraestructura de AE (CSAE, OBSAE, etc.) del antiguo MAP. Como digo, un lío total que tardará tiempo en aclararse.
Y el impacto en los servicios horizontales del MAP será fuerte, incluida la red SARA. Y por no hablar del famoso reglamento de la ley 11/2007... ¿alguien se cree que es posible cumplir los plazos de implantación en éstas condiciones?
He vivido varias reorganizaciones de éstas y sé de lo que hablo. La fachada es lo primero que se arregla, aunque se tardan meses. Pero el impacto en el backoffice lleva años para conseguir su estabilización. Y si no mirad cómo está el Ministerio de Ciencia e Innovación, por ejemplo.