La innovación es fuente de incrementos de productividad, sin embargo, fallamos al trasladar la propiedad de los procesos para alcanzarla a la totalidad de la organización. Es necesario que todos sus miembros compartan la innovación continua como objetivo. La descentralización radical de la generación e implementación de ideas para la mejora de las organizaciones es un medio para ello.
Diversas organizaciones han realizado alguna experiencia de descentralización en la generación de ideas. Experiencias en el Gobierno del Reino Unido de preguntar a los empleados públicos cómo mejorar la Administración, figura entre los ejemplos más conocidos. Sin embargo, en dichas experiencias no existe un rebalanceo de las relaciones de poder que cambie el sentido de la propiedad de la innovación organizativa. La aceptación e impulso de las ideas generadas por los empleados sigue siendo del centro, de quien ostenta la dirección de la organización. Ello tiene otras consecuencias, el desconocimiento y no valoración del coste de aplicación de las ideas generadas por parte de quien las genera.
Muchas pequeñas innovaciones, además, quedan sin implementarse. La decisión desde el centro tiene tendencia hacia lo más visible, hacia los proyectos insignia que ganan reditos. La innovación de y en lo cotidiano interesa menos.
Todas las desventajas anteriores, quedarían superadas con una descentralización radical de la innovación, basada en la confianza entre niveles directivos y técnicos. Ello requiere no sólo dar a los segundos la oportunidad de proponer ideas para la mejora de la organización, sino decidir sobre las mejores e implementarlas sin necesidad de decisión del centro. Obviamente, esto sólo es posible dando también poder sobre su financiación. El poder económico, se transmitiría asignando a cada empleado un presupuesto personal de innovación, que pondría total o parcialmente a disponibilidad de cooperativas que se crearan ad-hoc para la implementación de una idea generada en la base.
Finalmente, la generación e implementación de ideas, la apuesta por las ideas propias o de otros a través de los presupuestos personales de inoovación, serían incentivadas por la dirección. Para ello, nada mejor que la consideración del éxito y resultados de las ideas en que se ha colaborado mental o financieramente en la evaluación por objetivos de la organización.
(Nota: Este post resume la idea propuesta en concurso "Inventem" organizado, entre otros, por @jordigraells )
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