Internet es la frágil plataforma sobre la que se asienta nuestra vida cotidiana, nuestro ocio, nuestro modo de trabajar. Existen elementos externos a la misma que quieren una evolución regresiva de la red. Pero estos son elementos contra los que podemos actuar, organizarnos en núcleos de solidaridad que (al menos) dificulten el tránsito por este camino. Más peligrosos para mantener nuestro "Internet way of living" son los problemas estructurales de la red, que empiezan a aflorar tras sus quince primeros años de adopción masiva.
El principal problema estructural de la red es derivado de su uso masivo. Cada vez son más los dispositivos que conectamos a la red, cada día conectamos más dispositivos que el día anterior. Aunque con matices, todas estas nuevas conexiones demandan una dirección propia que les habilite para emitir y recibir información. La consecuencia es obvia, las direcciones se van acabando, quedando tan solo un 10% de direcciones libres. La ampliación del espacio de direccionamiento de la red exige la evolución de las reglas que utilizan los dispositivos de comunicaciones sobre los que se apoya y que hacen uso de la misma. Esas reglas en obsolescencia son el protocolo IPv4, las nuevas reglas necesarias son el protocolo IPv6. La implantación de IPv6 permitiría que pasaramos de disponer 232 a disponer 2128, asegurando la sostenibilidad de la red.
Las acciones hasta ahora de los poderes públicos han ido destinadas a hacer posible la transición a IPv6. Aunque sin fruto evidente, la Comisión Europea ha financiado diversos problemas de investigación en la última decada. La creciente escasez de direcciones obliga a que se acelere el paso. Hay que entrar en la fase de implementación de IPv6.
Se han comenzado a dar los primeros pasos de esta evolución a IPv6 en las AAPP. La Agenda Digital para Europa habla de la necesidad de que las Administraciones Públicas apoyen la transición a IPv6, y, de un modo más concreto tal y como acostumbra, Vivek Kundra ha definido una hoja de ruta para el Gobierno Federal USA. Ello supondrá actualizar de un modo u otro equipos y aplicaciones de Gobierno Electrónico.
Cuando la Comisión Europea publicó la Agenda Digital mostré mi escepticismo sobre la idoneidad del momento y la aproximación. Lamentablemente, sobre el momento no podemos actuar, pero si sobre la aproximación tomada. La migración a IPv6 debe ser una acción global liderada por organismos multinacionales. De un lado, los operadores de telecomunicaciones han de comenzar a activas las nuevas reglas de IPv6 en su equipamiento de red, haciendo del actual IPv4 un servicio sobre la misma, algo totalmente posible. De otro, hemos de hacer una diseminación de la problemática entre los ciudadanos y comenzar a prepararles para el cambio, del mismo modo que se les ha hecho participes de la lucha contra el cambio climático.
Si sólo abordamos qué tenemos que hacer las AAPP como usuarios de la red para evolucionar a IPv6, fracasaremos en asegurar la sostenibilidad de Internet.
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