viernes, 3 de junio de 2011

#egov vs #ebiz: Análisis cualitativo

Mas de uno de los que leen estas líneas han atendido a reuniones donde se ha comparado el Gobierno Electrónico con el Negocio Electrónico. Tratarse exportar prácticas del segundo hacia el primero ha sido una constante, en una copia mimética de la supuesta superioridad de lo privado sobre lo público proclamada por la Nueva Gestión Pública. Parece lógico que sea así cuando quienes lanzan este mensaje son consultoras, es decir, entidades privadas que consecuentemente están mas familiarizadas con sus propias lógicas de funcionamiento, prefiriendo la exportación de su lógica de sector privado que tratar de entender la del lado público.

Es probable que la necesidad de la aplicación  las TIC al Gobierno y a los negocios sean parcialmente coincidentes. Ambas aplicaciones comparten la finalidad de la optimización de procesos, sin embargo las finalidades de esta optimización difieren. Los Gobiernos persiguen realizarla con el objetivo de un servicio más inclusivo, mientras los Negocios lo realizan con la de maximizar los beneficios. La actitud del cliente ante ambos es también distinta, el ciudadano es "cautivo" de su Gobierno lo cual lleva a una actitud más exigente en lo referente al uso de estándares o demanda de confianza en el manejo de los datos personales. La consecuencia son canales electrónicos mas garantistas en el ámbito administrativo, arrastrando una necesaria pesadez de uso.

Las dinámicas de competencia en Gobierno y Negocio son también radicalmente distintas.  La competencia se define de modo distinto en uno y otro ámbito. En el negocio, la competencia pone el énfasis sobre los servicios que se ofrecen, similares por varios proveedores. En el gobierno, el énfasis de la competencia es quien ofrece el servicio, que lo hace como monopolio. Un canal electrónico más enfocado a quién ofrece el servicio en el ámbito público es el reflejo de esta diferencia, frente a un canal electrónico de negocio que se orienta hacia lo que vende.

Las expectativas de proactividad son también diferenciadas.
El usuario marca la proactividad esperada de un negocio privado, seleccionando las ofertas complementarias de las que espera ser avisado. Frente a lo público, esta expectativa es ambigüa, esperando de un lado que ciertos servicios no hayan de ser demandados pero también que los límites de la proactividad sean automáticamente conocidos. La proactividad contenida del mundo privado frente a la proactividad prudente de lo público incide en la aplicación interna de las TIC.

Garantías, foco de la oferta o grado de proactividad, son algunos de los aspectos diferenciadores cualitativos de los canales electrónicos público y privado. 

Habrá continuación con análisis cuantitativo.

1 comentario:

  1. Es como el caso de la energía atómica: lo mismo sirve para matar gente que para construir centrales.

    Aunque si se construye una central eléctrica con los mismos métodos que se diseña un silo nuclear, mal andamos...

    Yo creo que la esencia es no confundir los medios con los fines. Los medios pueden ser los mismos, pero si los fines son distintos, el diseño cambia completamente.

    Muy de acuerdo con el planteamiento de tu artículo, aunque casualmente hoy publicaba yo uno en el que decía que en los servicios públicos también hay competencia. Ya sabes, nada es blanco o negro. Siempre hay grises por ahí...

    Un tema a debate.

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