Con acierto, Subirats dice que "no estamos en una epoca de cambios, sino en un cambio de epoca". Alrededor nuestro varían los modelos de producción, las estructuras sociales y los tipos de relación. Las Administraciones Públicas han de cambiar para poder atender este cambio. Lo hacemos, pero no lo suficientemente rápido, las AAPP corremos el riesgo de convertirnos en los músicos de la última noche del Titanic, realizando ante la indiferencia de quienes nos rodean una labor perfecta en un entorno de caos.
La innovación disruptiva es la clave de la reinvención que la sociedad nos solicita. Hemos sabido realizar una innovación evolutiva en las Administraciones Públicas, aplicar las TIC para realizar un salto de calidad en los servicios públicos. Seguimos dando los mismos servicios, pero los damos mejor. Ahora hemos de pasar a dar servicios diferentes. La Administración Pública tiene dos barreras intrínsecas a la innovación disruptiva: La falta de competencia y la búsqueda de la perfección.
Una primera aproximación a la ruptura de la primera barrera es la introducción de competencia mediante la creación de mercado. Por la via de la privatización o la externalización de los servicios simular una competencia inexistente en la provisión del servicio público, confiando en que la misma sea la que conduzca a la innovación disruptiva. Creo que es un camino equivocado. En un escenario teatral, siempre se descubre el artificio, este puede capturarte por el periodo que dura la obra de teatro, pero no durante la eternidad. De igual modo, la introducción de un mercado inexistente lleva en el medio plazo a la caida en la calidad de servicio, ya que el servicio sigue siendo básicamente ajeno al mercado.
El camino de la innovación disruptiva ha de ser la socialización de los servicios, la introducción en ellos de la ciudadanía estrechando los lazos entre producción y consumo. Hablamos de prosumidores pero aún no hemos llegado a hablar de ciudamistradores. Para ello hemos de utilizar las TIC no cómo un sustitutivo del canal presencial, que también, sino como medio de reinvención de los servicios. Internet y las TIC no han de ser para los servicios públicos una nueva fachada (cambios en la ventanilla), sino un nuevo edificio (cambios en fachada y estructuras).
En el proceso de innovación disruptiva es también necesario adoptar el estado de beta permanente. Las Administraciones Públicas buscan lo perfecto, dar la solución permanente para provocar la desaparición de un problema. Los problemas sin embargo han dejado de ser estables, mutan más rápido que nuestra actual capacidad de resolverlos. Ello no es por falta de capacidad sino por el modo en que la empleamos, y el modo en que la empleamos se deriva del lógico miedo del actor ante el espectador. Hemos por tanto de asumir la resolución parcial del problema incorporando al proceso de búsqueda de solución al que hasta ahora era mero espectador. Pequeñas soluciones parciales, desarrollo incremental en lugar del gran proyecto.
Somos distintos de lo privado. Ello no es mejor ni peor. Sólo significa que las soluciones a la reinvención puede tener una misma base, pero la estrategia para ello ha de ser distinta.
Estoy de acuerdo contigo en que la innovación (revolución) disruptiva es la asignatura pendiente de la administración pública que tiene que llegar y que quienes de verdad estamos convencidos de ello, tenemos que colaborar en su implantación. Pero es fundamental un cambio estructural en las aapp. La verticalidad, la jerarquización, el nombramiento de cargos de libre designación, deben eliminarse de una vez.
ResponderEliminarLa admón. necesita un cambio drástico que vendrá de la mano de esa "revolución" disruptiva.