sábado, 3 de octubre de 2009

El manipulador

No hace unas semanas, leí un debate sobre la mentira entre Andrés y la divinidad. Al final del debate Dios mencionaba la mentira en el entorno laboral. Lamento disentir de Dios, pero la mentira en el mundo laboral, simplemente, no existe.  Existe manipulación y manipuladores, no mentiras y mentirosos. También existen tontos que no ven la realidad, y que suelen ser pasto de los manipuladores.


El manipulador lo solemos hacer equivalente al mentiroso, cuando no es así. Simplemente tergiversa la realidad, la presenta de acuerdo a sus intereses tratando de persuadir sobre su visión de la misma a los que figuran a su alrededor. Nada es verdad ni mentira, depende del cristal con que se mira. El manipulador es un fabricante de cristales.


El manipulador vive en la ambigüedad, necesita de ella. Promete a unos y a otros y dilata su toma de posición al respecto de cualquier tema, lo que suele convertirle en torpe. Velar por el interés propio, primera de sus máximas, hace encaminar su gestión al caos de la organización (conunto grande o pequeño de seres humanos). Un disfraz general de la habitual del interés propio son las circunstancias, unas veces impiden el posicionamiento y otras es necesario cambiarlas antes de posicionarse, pero nunca son las adecuadas. Otro disfraz frecuente es su humanidad, su anuncio a los cuatro vientos de su alto (y fingido) interés por la especie humana que le lleva a aplazar las decisiones que puedan dañar.


El manipulador suele ser efectivo. Alcanza los objetivos que se le encomienda o hace ver de modo efizaz el haberlos alcanzado. Su carrera profesional es la obra mestra mestra de su quehacer.


El manipulador, en definitiva, pasa a nuestro lado sin que seamos conscientes de ello. Es dificil identificarle, sólo cuando somos sus víctimas o cuando alguien a quien bien queremos lo es, conseguimos despejarle de su máscara. Y aún así, tratará de convencernos que el sólo estaba auxiliando a la victima.



2 comentarios:

  1. Un artículo genial, de verdad. Creo que no es fácil ser un gran manipulador y me atrevo a decir que, en determinadas ocasiones, hasta siento cierta envidia de no ser yo también una gran manipuladora y tergiversadora porque, posiblemente, obtendría más beneficios en mi actividad diaria.

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  2. que buena informacion, conosco una persona cercana ami que es manipuladora, y siempre se hace la victima, que lastima que aiga gente que se deje manipular.

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