No es la primera vez que hago referencia a Malcom Gladwell en esta bitácora. Con "What the dog saw", son ya tres los libros que me he leído de este autor. Aunque este es un libro que no recomiendo tan fervientemente como otros suyos, el ser una colección de artículos le hace carente de una cohesión, no deja de ser un volumen que ayuda a reflexionar sobre lo que tenemos más cercano agarrados a asideros exteriores.
Es el caso de su reflexión sobre cómo afrontar la resolución de los problemas. Clasifica los mismos en dos tipos, aquellos de los que se carece de piezas de información y los que no pueden resolverse por falta de capacidad para ligar el conocimiento disponible. Los primeros son puzzles, los segundos misterios. Identificar si un problema es un puzzle o un misterio es el primer paso hacia su resolución.
El buen Gobierno o la buena Administración de lo publico ha sido históricamente un puzzle. Aquellos estudiosos que se han acercado al mismo se han enfrentado a una carencia de información, de las piezas que les permitieran identificar correctamente las carencias para recetar las medidas curativas apropiadas. Esa quizás fue una de las razones del fracaso de las recetas dadas por la escuela de la Nueva Gestión Publica. Dado que desconocemos cómo es la Administración la asimilamos a un problema que conocemos (la gestión privada) para identificar los remedios que nos permitan alcanzar el ideal del buen Gobierno.
El Gobierno Abierto e Internet están cambiando la naturaleza del problema. Ya no es la falta de información, sino la infoxicación la barrera a la que nos enfrentamos. Hemos pasado del puzzle al misterio. La búsqueda de la solución ha de seguir por tanto una estrategia distinta. Ya no es objeto del estudioso solitario o de la empresa consultora encontrar los remedios, no se trata de buscar las piezas ausentes sino de poder conectar toda las disponibles. Se necesitan esfuerzos coordinados, comunidades en red para navegar sobre la red de conocimiento disponible e identificar colaborativamente los remedios.
Alcanzar la buena Administración ya solo es posible mediante la participación de muchos. Es lo que tienen los misterios.
Es el caso de su reflexión sobre cómo afrontar la resolución de los problemas. Clasifica los mismos en dos tipos, aquellos de los que se carece de piezas de información y los que no pueden resolverse por falta de capacidad para ligar el conocimiento disponible. Los primeros son puzzles, los segundos misterios. Identificar si un problema es un puzzle o un misterio es el primer paso hacia su resolución.
El buen Gobierno o la buena Administración de lo publico ha sido históricamente un puzzle. Aquellos estudiosos que se han acercado al mismo se han enfrentado a una carencia de información, de las piezas que les permitieran identificar correctamente las carencias para recetar las medidas curativas apropiadas. Esa quizás fue una de las razones del fracaso de las recetas dadas por la escuela de la Nueva Gestión Publica. Dado que desconocemos cómo es la Administración la asimilamos a un problema que conocemos (la gestión privada) para identificar los remedios que nos permitan alcanzar el ideal del buen Gobierno.
El Gobierno Abierto e Internet están cambiando la naturaleza del problema. Ya no es la falta de información, sino la infoxicación la barrera a la que nos enfrentamos. Hemos pasado del puzzle al misterio. La búsqueda de la solución ha de seguir por tanto una estrategia distinta. Ya no es objeto del estudioso solitario o de la empresa consultora encontrar los remedios, no se trata de buscar las piezas ausentes sino de poder conectar toda las disponibles. Se necesitan esfuerzos coordinados, comunidades en red para navegar sobre la red de conocimiento disponible e identificar colaborativamente los remedios.
Alcanzar la buena Administración ya solo es posible mediante la participación de muchos. Es lo que tienen los misterios.