Otro nuevo post sobre libros que pueblan mi biblioteca virtual. Hoy toca "Rework", un libro escrito por Jason Fried a partir de su experiencia como gestor de una pequeña empresa de desarrollo software. Dinámico y en forma de breves artículos similares a entradas de un blog, su lectura es ágil, y repleta de lecciones de cómo abordar nuestro día a día laboral.
Muchas de las pequeñas piezas que componen el libro, son destinadas a la orientación personal, pero también existen lecciones para la vida de las organizaciones. No sólo son válidas para pequeñas organizaciones, sino también esos monstruos elefantiásicos que son las Administraciones Públicas. Tan sólo dos de ellas, nos servirían para mejorar la calidad y agilidad de los servicios públicos. Es un libro que nos sirve para aprender de lo pequeño.
La primera lección a la que hago referencia está orientada a mejorar la calidad de los servicios, entendida como orientación a los ciudadanos y empresas que son (o deberían ser) el patrón de la calidad. El título del artículo es "Rascate tu picor". La tesis es simple, los servicios solo pueden estar realmente orientados a los destinatarios en la medida que hayamos experimentado su necesidad. El funcionario y el político ha de salir a la calle, comunicarse y a ser posible integrarse en el sector al que sirve, identificar sus necesidades mediante el padecimiento de las carencias de lo público respecto al sector.
Otra interesante lección es la denominada "Las decisiones son siempre temporales". Existe en lo público una tendencia continua a la perfección, a tratar de contemplar en cada desarrollo normativo absolutamente todo caso y situación. Ello lleva a la pesada y repetitiva revisión de cada norma antes de ser tan siquiera proyecto por un número infinito de niveles durante un tiempo no acotado (Sólo la urgencia política lleva a disminuir todo control, a veces con nefastas consecuencias, pero esa es otra historia). En general, tendemos a creer que cualquier acción pública ha de permanecer inalterable en el tiempo, aunque la realidad nos haya demostrado lo contrario una y otra vez. Pensar que nada es inalterable nos llevaría a procedimientos burocráticos más ágiles.
El futuro de la Administración a lo mejor reside en dejar de ser un monstruo unicelular que trata de articular un imposible movimiento al unisono de todas sus articulaciones. El futuro es asumir que debemos ser un organismo compuesto de pequeñas células que nos articulamos en red, aplicando las pequeñas reglas de "Rework".
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