Las aplicaciones de Gobierno Electrónico para teléfonos inteligentes están rodeadas de la polémica sobre su elitismo. Estos dispositivos siguen viéndose como algo minoritario, utilizado sólo por personas de alto poder adquisitivo y, consecuentemente, considerándose una suerte de mal uso de los recursos públicos desarrollar aplicaciones de Gobierno Electrónico para los mismos. No digo que no sea verdad, aunque con matizaciones, las presunciones del grupo usuario de estos dispositivos, pero no es una razón válida. En primer lugar, un responsable de banca electrónica me comentó que el 70% del acceso en movilidad es desde este tipo de dispositivos. En segundo lugar, también era minoritario el uso de Internet cuando comenzaron a desarrollarse los servicios de Gobierno Electrónico. O lo que es los mismo, toda tecnología tiene necesariamente sus early-adopters y desarrollar para ellos es necesario como preparación para la adopción en masa de la tecnología.
La conveniencia de comenzar a experimentar con el nuevo canal de acceso que son los teléfonos inteligentes y como extensión natural las tabletas electrónicas, comienza a ser entendido por algunas de nuestras Administraciones Públicas.
Ejemplos en el nivel autonómico no faltan. Aplicaciones de tipo directorio han sido desarrolladas por la Comunidad de Madrid o la Junta de Castilla La Mancha, presentando las habituales noticias relacionadas con cargos políticos y el listado de dependencias públicas con facilidades de geolocalización. También está comenzando a ser utilizado en el ámbito del Gobierno Abierto, tanto Irekia como "Opina Extremadura" han desarrollado sendas aplicaciones que hacen posible la participación ciudadana desde cualquier lugar y en cualquier momento.
En el nivel local, abundan aplicaciones del ámbito del turismo, transporte/medioambiente o información corporativa. Ejemplos de las primeras las de Valladolid, Calatayud o Fuerteventura. De las últimas, pueden encontrarse en lugares tan reconditos como San Andres de Rabanedo o de nuevo en Valladolid. Especificas de transporte en Zaragoza y aplicaciones medioambiente en Madrid. Aunque también las hay que combinan de distintas funcionalidades como en Getafe o Cartagena (esta incluso con trámites).
La Administración General del Estado aporta ejemplos, atomizados en Ministerios y organismos de acuerdo a su estructura informática. Esperables son las aplicaciones relacionados con el turismo como "I need Spain" o la desarrollada por Ministerio de Ciencia e Innovación relacionada con visitas virtuales de museos científicos. Menos esperadas es la de denuncia de delitos tecnológicos de la Guardia Civil, y sin embargo una vez pensada es lógica y demuestra que la elección de los servicios de Gobierno Móvil a desarrollar ha de ser fruto de una reflexión fuera de los cauces habituales.
Y existe un categoría de estas aplicaciones estrechamente relacionadas con el Gobierno Abierto, las que desarrollan los propios ciudadanos haciendo uso de datos públicos. A ver si sacamos tiempo para una entrada al respecto en la bitacora.
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