De vez en cuando, navegar por la web de la OECD reporta beneficios intelectuales. Tope el otro día con la información sobre el evento e-leaders, celebrado en Octubre 2010 organizado por la OECD. El evento reunió a responsables de políticas de Gobierno Electrónico de los Estados miembros de la OECD, que debatieron alrededor de tres temas interesantes:
- Cómo el Gobierno Electrónico favorece la eficiencia de las Administraciones Públicas
- Gobierno Abierto y Transparente
- Monitorización e indicadores del Gobierno Electrónico
No están disponibles todas las presentaciones ni documentos manejados en el evento, tampoco existe un detalle amplio de los debates (que siempre sería deseable), pero si lo está un breve presentación de conclusiones que merece la pena revisar. Son tres páginas, pero todas ellas sustanciosas.
La portada define con el título cuál ha de ser la misión del Gobierno Electrónico en estos tiempos de crisis: El puente electrónico hacia la reforma de las Administraciones Públicas. El reformismo ha de desplazar al conformismo (Jordi Sevilla dixit), y si queremos que el Gobierno Electrónico no se convierta en un mero canal de servicios difuminándose su potencial, los profesionales del mismo hemos de ser vanguardia en apoyar su uso para construir otra Administración Pública.
Cómo puede facilitar el Gobierno Electrónico la reforma de las Administraciones Públicas ocupa la segunda transparencia.
- En primer lugar, siendo la plataforma de la nueva gobernanza pública. Sólo los medios electrónicos pueden manejar las complejas interacciones que requieren la búsqueda comunes de soluciones a los retos presentes, retos ante los que tanto mercado como sector público se muestran impotentes. Las webs de las administraciones públicas han de migrar de plataformas de servicios a plataformas de colaboración.
- En segundo lugar, siendo habilitador del cambio. El cambio que ha de venir de dentro y de fuera, el cambio de hacia un Gobierno postburocrático y postdemocrártico. Las redes colaborativas resuelven mejor los problemas que la tecnocracia jerárquica. La deliberación continua ha de sustituir a la participación puntual cada cuatro años.
- Finalmente, produciendo evidencias de su valor. Son muchos los enemigos del Gobierno Electrónico, los que quieren que la tecnología no pase de ser más que un canal. El Gobierno Electrónico ha de autodefenderse generando las pruebas de su eficiencia y efectividad.
Cómo realizar el desarrollo del Gobierno Electrónico, ocupa la última transparencia. Y su comienzo no puede ser mejor, reivindica su politización, involucrar a los líderes políticos siendo las mejores herramientas para el cumplimiento de sus programas. De igual modo es ineludible colaborar con terceros, empoderar a ciudadanos y empresas en el desarrollo del Gobierno Electrónico. Las mejores soluciones no siempre son las nuestras.
Pueden ser criticables otras orientaciones de la OECD, pero su visión del Gobierno Electrónico se consolida como una de las más acertadas.
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