miércoles, 23 de septiembre de 2009

Los "privilegios" de los funcionarios

En este periodo de crisis, son muchos los que se acuerdan de nosotros, los funcionarios. Generalmente, su recuerdo es para apuntar a los muchos “privilegios” que tenemos. Muchas veces me he preguntado porqué se considera como tales aspectos cómo la estabilidad laboral o la necesidad de justificar las acciones radicales contra un trabajador como el despido.


Voy con un ejemplo práctico de nuestros “privilegios”.


Ayer me enteré que una compañera, días antes de haber dado a luz había sido promocionada. Ello no dejaba de ser un reconocimiento a su valía, aunque supongo que muchos lo considerarán un “privilegio” promocionar a quien va a estar durante cuatro meses de licencia con sueldo por maternidad. Para ver que muchos aún consideran "contra natura" promocionar a una embarazada, basta ver el caso análogo descrito en esta carta al director de “El País”: A una trabajadora del sector privado no  se la renueva un contrato por obra 10 días antes de dar a luz.


Sin que ello no implique no reconocer el abuso que ciertos “compañeros” puedan hacer de su condición de funcionario, vivimos en una sociedad enferma cuando ser promocionada días antes de dar a luz puede ser considerado por muchos un “privilegio”. Las relaciones laborales en la Administración no son perfectas, pero estas comparaciones le lleva a uno a apreciar un entorno de trabajo donde al menos no suceden estos casos sangrantes.

6 comentarios:

  1. Información Bitacoras.com...

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  2. Estoy radicalmente de acuerdo contigo. Tenemos un problema en nuestra sociedad y es ver "privilegios" lo que debería ser normal. La humanización de las relaciones laborales, el respecto a los derechos, la conciliación de la vida laboral y personal, la igualdad, las garantías, la estabilidad en el empleo, el sueldo digno, la posibilidad de crítica, el acudir a los tribunales si se está en desacuerdo, etc. Esto debería ser lo normal en cualquier ámbito del mundo del trabajo, ya sea público lo privado. Muy, muy triste lo que pasa en este país.

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  3. Completamente de acuerdo con ambos. Hemos asumido ciertas situaciones no gratas en las empresas, pero que las aceptamos por "trabajar en la privada", sin entender que son nuestros derechos. ¿Humanización de las relaciones laborales? Buf, qué lejos nos queda eso todavía. Tal vez para conseguirlo, tendríamos que cambiar todos el chip, e interpretar las relaciones laborales como relaciones sociales entre personas (físicas y/o jurídicas), con sus necesidades y la exigencia de una convivencia pacífica para que funcione. Creo que para conseguirlo falta demasiado. Y para muestra un botón: estoy disfrutando del teletrabajo debido a mi embarazo, y ya no sé las veces que he tenido que explicar que pese a eso, dedico mis horas reglamentarias, no salgo a pasear cuando sale un rayo de sol, y atiendo a mis clientes como se debe... Si no superamos esta falta de compromiso y esta picaresca tan nuestra, difícilmente saldremos de ese atolladero...

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  4. Lamento tener que manifestar mi desacuerdo con las bases de vuestro planteamiento.
    Evidentemente, que la mayoría de los que no somos funcionarios también creemos en lo que dice Ocortes. Faltaría más!
    Pero el principio del equilibrio debe partir del mapa social, en el que el funcionario goza de estabilidad laboral (nunca le mandarán al paro) mientras que la mayoría (que financia y sostiene la empresa "que no quiebra" en la que trabaja el funcionario) no goza de esa situación. Esto, laboralmente es un privilegio, se mire por donde se mire. ¿Que hay que conseguir que todos alcancemos ese estado? Ojalá, pero no hay teoría política ni económica actualmente que plantee la fórmula para llegar a ello. Por lo tanto, quien no tiene ese riesgo, debe aceptar que es a cambio de algo, por ejemplo, una reducción de su sueldo. NO es de recibo que los trabajadores de las cajas de ahorro públicas cobren más que los de los bancos privados, o que los profesores de la pública también tengan mejor salario que los de los colegios privados (siempre hay excepciones pero son minoritarias), cuando no gozan de esa estabilidad laboral.

    ¿Qué aportan de más para tener mejor remuneración? Lo siento, pero nada. Lo cual no quiere decir que sean malos profesionales, ojo, que esa no es la discusión.

    Esto es un punto por donde empezar. Pero es que son tantos los privilegios que necesitaré muchos mensajes más...

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  5. Entiendo que la crisis aprieta, y que el pim-pam-pum del funcionario desahoga. No obstante creo que te excedes.

    En primer lugar, creo que el tema del sueldo no lo había mencionado por ningún lado. Puestos a hablar del mismo, hablamos. Creo que a cualquier trabajador existe un mínimo de subida, el IPC, sea funcionario o no. Lo normal es que al funcionario se le suba el IPC y gracias, mientras en la privada esto no es así. En caso de IPC negativo, comparto tu lógica de la bajadas de sueldo, pero para todos.

    En segundo lugar, si te lees las leyes vigentes en este país, descubrirás que el puesto de funcionario no es para toda la vida. Se que es una creencia popular arraigada, pero resulta que existe un regimen disciplinario sometido a un procedimiento. ¿qué hay abusos amparándose en la necesidad de justificar todo? También de acuerdo. Pero igual de injustos son los despidos no justificados. Cabe preguntarse porque la justificación de una medida disciplinaria no se considera algo normal.

    Y creo que son los dos puntos que tocas, y no sigo por no caer en un flame funcionarial, que diría Emilio R.

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  6. ¿Y qué me decís del PRIVILEGIO de que los funcionarios de este cutrepaís tengan derecho a la sanidad privada de forma gratuíta, mientras los demás debemos pagar una pasta por esa atención o estar adscritos a una compañía aseguradora, además de estar pagando, por supuesto la seguridad social?
    TAmaña injusticia me parece inadmisible, y como estas ¿Cuántas hay? Demasiadas, muchísimas, una detrás de otra. Como decimos en la obra (todavía soy un privilegiado que trabaja) vivimos en la dictadura de los funcionarios, algo así como la época feudal, solo que ahora en vez de nobles con sus privilegios feudales hay funcionarios. Está claro, se pueden tomar muchas medidas para acabar con la crisis, pero tocar los privilegios y los sueldos de funcionarios y altos cargos....¡pero si son ellos los que hacen la ley! ¿Cómo queréis que se perjudiquen a ellos mismos? Y los demás plebeyos pagando sus privilegios. Me sigo arrepintiendo de haber seguido de okupa: sin patria, sin Dios y sin Higado, y sin señores feudales que soportar.

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