FarmVille es uno de los muchos juegos sobre Facebook en los que miles de personas matan las horas. El jugador se muta virtualmente en agricultor debiendo cuidar por la prosperidad de su granja. Vigila las cosechas, compra animales, construye edificios, realiza intercambios con otras granjas, ... Todo ello sea por un bien común, la granja virtual. El resultado es que más de 60 millones de personas emplean una media de 15 minutos en cuidar su granja.
Corren tiempos de reforma de lo público, de optar entre reducir gasto, incrementar impuestos o realizar ambas cosas. O también de optar por alternativas más complejas, compartir servicios o contratar a otra AAPP para que ejecute parte de mis obligaciones. También reformas radicales están sobre el tapete, reducir ayuntamientos o reducir funcionarios. Cada un tiene su coste. La ciudadanía, no toda pero si parte, piensa que las opciones son de consecuencias neutras, que todas las reformas conducen al final al mismo destino. Desgraciadamente no es así, pero seguramente no sabemos hacerles ver lo contrario.
Si los ciudadanos emplean su tiempo en juegos de simulación como FarmVille, ¿no les sería igual de entetenido un PublicVille? Diversos niveles de administración cada uno con sus complejidades en los que los ciudadanos descubran la limitación de recursos y la complejidad de la decisión en cada caso. Hacer el presupuesto, establecer un convenio con otra Administración, rediseñar una RPT, elegir en cada caso entre personal propio o outsourcing, ... Construir un micromundo administrativo virtual sería quizás la mejor de las enseñanzas a los ciudadanos, de la cual sin duda podrían sacarse decisiones de calado para aplicar en el mundo real.
Ahí queda la idea. Necesitamos un PublicVille. Se admiten programadores apasionados por lo público que lo desarrollen y alguien que organice un concurso.
Gran idea, por Tutatis. Seguro que es posible consehguir alguna subvención pública para quien se anime.
ResponderEliminarUna especie de SimCity administrativo, ¿no?. Divertido.
ResponderEliminarEl problema de las simulaciones es que dificilmente reflejarán los mecanismos reales, y todavía más dificlmente permitirán la evolución del modelo, que es lo realmente necesario.