Recientemente un amigo me regalo el libro "The real business of IT". El libro está dirigido a CIOs pero que puede ser de interés a cualquier profesional de las Tecnologías de la Información con interés por conocer el entorno de su trabajo. Toda la temática del libro gira entorno al problema de cómo realizar la puesta en valor de nuestro quehacer diario.
Resulta chocante el poco peso de los directivos TIC en cualquier empresa pública o privada cuando un 94% de los CEOs culpan del fracaso de cualquier tipo de proyecto a las TIC (encuesta realizada por Gartner en 2004 citada en el libro). Una de las razones que se da para ello es la excesiva cultura de servicio de las áreas TIC reflejado en nuestro lenguaje. Llamar cliente a quienes no son más que compañeros y acatar consecuentemente sus dictados sin la más mínima aportación de ideas propias, son los signos más evidentes de este "servilismo".
La visión de las otras áreas del negocio como clientes, incluso hablar de ellas como las áreas de negocio de modo diferenciado a las áreas TIC, ha llevado a que seamos considerado un ente externo. Se nos considera sólo el soporte que puede prestar cualquiera, empleados de rango inferior dentro de la misma compañía u organismo público. El primer paso para revertir la situación es cambiar nuestro propio lenguaje. Hablar de compañeros en lugar de clientes y huir de la cómoda posición de suministrador interno. Involucrarse mediante la aportación de una visión de innovación.
Las palabras nunca son no intencionadas en el entorno laboral, y menos en el mundo de la Administración Pública. Cambiemos nuestro lenguaje y cambiemos nuestra actitud. Ni nuestros compañeros son clientes cautivos pagando el vasallaje de la tecnología ni los profesionales TIC somos ajenos al negocio que nos rodea.
Resulta chocante el poco peso de los directivos TIC en cualquier empresa pública o privada cuando un 94% de los CEOs culpan del fracaso de cualquier tipo de proyecto a las TIC (encuesta realizada por Gartner en 2004 citada en el libro). Una de las razones que se da para ello es la excesiva cultura de servicio de las áreas TIC reflejado en nuestro lenguaje. Llamar cliente a quienes no son más que compañeros y acatar consecuentemente sus dictados sin la más mínima aportación de ideas propias, son los signos más evidentes de este "servilismo".
La visión de las otras áreas del negocio como clientes, incluso hablar de ellas como las áreas de negocio de modo diferenciado a las áreas TIC, ha llevado a que seamos considerado un ente externo. Se nos considera sólo el soporte que puede prestar cualquiera, empleados de rango inferior dentro de la misma compañía u organismo público. El primer paso para revertir la situación es cambiar nuestro propio lenguaje. Hablar de compañeros en lugar de clientes y huir de la cómoda posición de suministrador interno. Involucrarse mediante la aportación de una visión de innovación.
Las palabras nunca son no intencionadas en el entorno laboral, y menos en el mundo de la Administración Pública. Cambiemos nuestro lenguaje y cambiemos nuestra actitud. Ni nuestros compañeros son clientes cautivos pagando el vasallaje de la tecnología ni los profesionales TIC somos ajenos al negocio que nos rodea.
En los 90 se corrió la voz de que la informática permitiría abaratar los costes de los procesos productivos basados en la información.
ResponderEliminarEn los 2000 se descubrió que, si no se modificaban los procesos productivos, si no se transformaba la organización, las TIC no suponían en realidad un ahorro.
En los 2010 ya sabemos que el concepto de alineación con el negocio es erróneo pues no implica transformación. Para aprovechar las TIC, hay que empezar a pensar que las TIC son el negocio, especialmente en organizaciones intensivas en información como las AAPP.
Así pues estoy completamente de acuerdo en que la forma en que hablamos refleja la forma en que vemos las cosas, y que el empleo de un lenguaje más comprometido cambiará el papel y el impacto de las TIC en las AAPP.
Pero cuidado, este cambio hay que hacerlo tanto dentro como fuera. No va a funcionar mientras que el negocio vea las TIC como algo externo y no como parte de sí mismo.