Desde que comenzó esta crisis interminable, andan a vueltas con la reconceptualización del Estado, con tratar de identificar como adelgazarlo y que haga más con menos. Creo que es un debate equivocado, y que como suele decir D. Tapscott (ver Macrowikinomics), el problema "no es cómo el Estado gasta menos o recauda más, sino cómo se adapta a las Tecnologías de la Información". Porque la visión de Estado, ha de cambiar, si no queremos acabar siendo un mundo de Estados fallidos.
Existen muchas definiciones del concepto Estado, pero por tomar una simple como punto de partida de este apunte voy a tomar la definición de Estado de Carré de Malberg
Estado es la comunidad política con un territorio propio y que dispone de una organización
Según la misma, podemos distinguir tres elementos que caracterizan un Estado:
- Un conjunto de ciudadanos
- Un área geográfica física que lo delimita
- Un conjunto de leyes que le dotan de una organización
Aunque las entidades supranacionales como la UE, de un lado, y los procesos de descentralización de los viejos Estados, de otro, han venido a crear entes caracterizable como Estado sin serlo, esta simple definición seguía siendo válida hasta que se extendieron las TIC. Con ellas la gestión efectiva de la información. antes imposible, comienza a efectuarse, por lo que aparece un nuevo elemento caracterizador de los Estados, la infraestructura informacional. Sin ánimo de dar una nueva definición fijada en piedra, podemos contextualizar a nuestro tiempo la definición dada por Mallberg cómo
Estado es la comunidad política con un territorio propio y que dispone de una organización que produce y consume información
En la concepción de Mallberg, cuando el conjunto de leyes no pueden aplicarse, la organización falla, y solemos hablar de un Estado fallido. Son los casos como Somalía o el Irak post-invasion, espacios físicos dónde la legalidad desaparece por existir fuerzas físicas más poderosas que impiden su aplicación.
Impedir la ejecución de la legalidad en un Estado, ha dejado de ser patrimonio de los países del llamado tercer mundo. Los Estados fallidos parecen asomarse en nuestra inmediatez. Sin una coerción física, ese está siendo el caso de algunos Estados miembros de la UE, con Grecia como ejemplo más significativo o el mismo caso de España. Las leyes son cambiadas de la noche a la mañana por voluntad de un ente virtual llamado "los mercados". Se tuerce la voluntad de un Estado de modo no físicamente palpable,a golpe de ratón que hace subir y bajar acciones o dispararse la prima de deuda. Los Estados comienzan a ser fallidos no sólo por no saber gobernar la economía, sino por enfrentarse a fuerzas que hacen un mejor gobierno de la información que hacen ellos.
Es quizás el signo más evidente de la falta de adaptación de nuestros Estados a la tecnología. Debajo se esconde un iceberg completo que hay que reforma:. Adecuar las estructuras a la nueva realidad, cambiar los modelos de relación Gobierno-Ciudadano e intraGobierno, crear un nuevo marco de desarrollo de las actividades económicas, ... Pero todos estos cambios son necesarios por la existencia de un nuevo elemento de caracterización del Estado (la información) sólo gobernable por una nueva infraestructura (la tecnología). Esta es la realidad a asumir como motor de las reformas.