jueves, 19 de febrero de 2009

A mi no me digas que no se puede ... (2)

Hace unos días, un compañero en esto de lo público me lanzaba una mirada escéptica, por no decir que condescendiente, cuándo me refería a la posibilidad de que los ciudadanos pudieran consultar como se realizaban los gastos e inversiones derivados de los presupuestos. "A mi no me digas que no se puede ...", le dije. "No, si poderse se puede", contestó, "pero no nos dejarán. Más vale  ni proponerlo". No se trataba, pues, de poder ni querer, sino de mera autocensura.


La conversación venía a cuento de un artículo leido en "The Economist", artículo que contaba como en los EEUU de América, gracias a la "Federal Funding Accountability and Transparency Act" , los ciudadanos podían consultar en línea como los poderes públicos  empleaban los fondos públicos. El ejemplo paradigmático que se daba era el "Portal de rendición de cuentas del Estado de Missouri". No es que se pueda ver en que gastan los dolares cada departamento, es que se ve hasta lo que cobran los funcionarios con nombres y apellidos.



Afortunadamente, resulta que el compañero estaba equivocado, y lo que es posible en los EEUU de América también puede ser posible aquí. Resulta que se puede ver cómo y en qué se han repartido los 8.000 millones del Fondo de Inversión Local. O sea, que si se puede y a alguien le han dejado hacerlo. Sería bueno que eso pasará para todas las medidas del "Plan E", saber cuál es el efecto que se prevé sobre el empleo en cada territorio como del ARRA de los EEUU, pero por algún sitio hay que empezar. La crisis está empezando a cambiar lo que se puede y no se puede hacer.

Debemos empezar a creernos que la crisis está abriendo el paso a la cultura 2.0 y realizar nuestras propuestas de servicios teniendo en cuenta el nuevo escenario. Hoy mismo lo escribe Seth Godin en su blog,




"the only thing that’s going to change things is changing things"



La autocensura es no sólo una amenaza para la transparencia del gobierno, sino para nosotros mismos, los funcionarios. He oído a muchos compañeros despotricar de cómo los Gabinetes de los cargos políticos cobran fuerza en los proyectos de Gobierno Electrónico, especialmente aquellos relacionados con medios sociales. Son muchos los funcionarios que con la autocensura, el servilismo y el ólvido del interés general nos cavamos nuestra propia fosa  y perdemos papel en el desarrollo de un Gobierno Abierto.


Por cierto, y para acabar, entre los dos senadores que propusieron (según obliga la legflidad USA) la "Federal Funding Accountability and Transparency Act" se encontraba el ya cesante representante de Illinois llamado Obama.

2 comentarios:

  1. Más que autocensura diría que en la Administración en muchos casos se estila lo de la autopereza, al menos, esa es mi experiencia.

    En mi unidad cada vez que propongo algo parece que voy pisando callos. Cualquier cambio por sencillo y evidente que sea, parece que es una potencial amenaza.

    Con el tiempo, a base de dar literalmente el coñazo, y vencer la resistencia mediante la táctica del cansancio por desgaste se van consiguiendo cosas, pero a velocidad de tortuga con artrosis, cuando deberíamos estar corriendo dados los tiempos.

    Mientras que siga habiendo tanto responsable TIC que pueda descansar en su ignorancia y pereza (en parte derivada a su vez de su ignorancia) iremos mal y no veo que nadie meta el diente seriamente en esto.

    A mi me nerva mucho ver que hay mucha gente con ganas y buenas iniciativas que podrían ser un potente motor de innovación y cómo los superiores anquilosados les frenan, por ignorancia, consiguiente miedo a cambios y pereza.

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  2. El oscurantismo y la bunkerización de la información está muy vinculada a nuestra cultura administrativa. Los países anglosajones funcionan de otra manera y transparencia y rendición de cuentas están a la orden del día. Las culpas yo las repartirían: los políticos tienen miedo que afloren datos de su gestión que les puedan perjudicar ante la opinión pública; y los funcionarios pueden considerar que cierta información les perjudique profesionalmente. Está muy arraigado pero es así. Aunque los fuertes nuevos vientos que soplan traen cambios que serán difíciles de ignorar.

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