Hoy, día del #twitterblackout , se ha publicado el Real Decreto 256/2012, de 27 de enero, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Tan desafortunada coincidencia me ha impedido participar en el animado debate que han mantenido algunos compañeros (los de siempre, no vamos a exagerar). No obstante, quizás mi opinión no hubiera cabido en 140 carácteres.
Como @feserdel , creo que hay que esperar cien dias para poder hacer un balance, pero si podemos empezar a relatar los hechos.
La nueva estructura por del Ministerio que vela por la racionalización del gasto público y la austeridad me parece
- una oportunidad perdida para racionalizar las Tecnologias de la Información en la Administración General del Estado
- una nueva muestra del escaso peso que el conjunto de empleados públicos con formación tecnológica tienen en las Administraciones Públicas
Aunque ambas cosas, podían deducirse ya del Real Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre, por el que se establece la estructura orgánica básica de los departamentos ministeriales, y tras el cual quedo de nuevo pendiente la asignatura de un CIO en la Administración General del Estado.
Si algo resulta increible, es la atomización de las Tecnologías de la Información en la Administración General del Estado, y que ni tan si quiera a nivel de Ministerio se cree una estructura de gobernanza que asegure la coordinación, eficacia y eficiencia de las TIC. Eso no se logra reduciendo Subdirecciones Generales como ha sucedido en la Dirección General de Modernización, Procedimientos e Impulso de la Administración Electronica (DGMPAE). Eso se logra con la identificación de un claro responsable de las Tecnologías de la Información en cada Ministerio, como paso para previo para establecimiento de un nivel efectivo de gobernanza en toda la Administración. Eso, es lo que no existe en la estructura del nuevo ministerio.
Excluidas las Subdirecciones Generales de existentes en la DGMPAE de carácter transversal a la AGE y orientadas al Gobierno Electrónico como política pública, existen en la nueva estructura aproximadamente una decena de Subdirecciones Generales relacionadas con el desarrollo de servicios públicos electrónicos, aplicaciones internas o gestión de infraestructuras TIC. A ellas habría que añadir más de una decena de organismos que tienen sus servicios TIC, como por ejemplo la Agencia Tributaria o MUFACE (por dar unos grandes) o la Agencia de Evaluación (por dar uno pequeño).
El escenario de un macroministerio como es MINHAP, era propicio para crear, al menos, una Dirección General de Tecnologías de la Información. Su no existencia era ya evidente en el Real
Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre, por el que se establece la
estructura orgánica básica de los departamentos ministeriales, pero a la luz de la nueva estructura es aún más llamativa. No parece que este sea el "replantear con rigor las estructuras administrativas que internamente soportan la prestación de servicios informáticos" que anunciaba el Partido Popular en su programa electoral. Es difícil discutir que una misma estructura de Subdirecciones Generales bajo una sóla Dirección General supondría una eficiencia de gasto indudable (aunque mantuvieramos fuera de la misma los casos particulares de la AEAT y Muface, por ejemplo).
¿Porqué esta Dirección General no existe? Pues la respuesta está clara, no somos relevantes para la Administración, simplemente se nos sigue viendo a los profesionales de las Tecnologías de la Información en la AGE como un instrumento de automatización, pero no de transformación. Ello lleva a un alejamiento de los centros de poder dónde se toman las decisiones de estructuras, y, consecuentemente, a un desaprovechamiento del potencial de conocimiento que podriamos aportar. Y esto, no es corporativismo, más bien todo lo contrario, es reconocer nuestra incapacidad para cambiar esta visión.
Otro ejemplo de nuestra incapacidad para hacer llegar a los responsables políticas el valor del Gobierno Electrónico está en el resumen de prensa de la comparecencia del titular del Ministerio en el Congreso la semana pasada. Busque el avezado lector el número de referencias al Gobierno Electrónico o las Tecnologías de la Información en las Administraciones Públicas que hace el ministro responsable de las mismas en su comparencia del 26/01/2012 ante el Congreso. ( Nota: Agradecería el enlace al discurso completo para matizar esta opinión ). No estoy pidiendo el compromiso con el Gobierno Electrónico del mejor Ministro de Administraciones Públicas de la última decada (me refiero a @sevillajordi ), pero si al menos que de señales de las competencias que tiene en la materia. Pero ello, repito, es responsabilidad nuestra por no saber estar dónde hay que escribir los textos de la comparecencia.
Al final, nuestra única esperanza va a ser la grandilocuencia escénica de Gallardón, que parece empeñado en crear su enésima Agencia informática en su paso por el Ministerio de Justicia. Al igual que otro compañero, y por similares razones, tengo mis dudas de la Agencia como modelo, pero puede ser una primera piedra.