De un tiempo a esta parte, desde que empezó esta crisis sin visos de fin, los funcionarios nos hemos convertido en el muñeco del pim-pam-pum. Todo vale, empezando por el efectismo y las imprecisiones, y continuando por la desinformación. Es dificil conocer dónde empieza uno y donde termina otro, y yo siempre prefiero pensar que es simplemente efectismo e imprecisiones, querer vender prensa a toda costa y mantener el negocio y la parroquía de lectores contando lo que quieren escuchar y sin profundizar en los datos.
El último ejemplo ha sido el titular cacareado en diversos medios, tantos que sólo enlazo el que normalmente leo, sobre la eliminación de 24.750 funcionarios en Irlanda. Vamos a empezar por analizar el uso del término funcionario. Si uno lee el plan propuesto por Irlanda descubrirá que tal eliminación no es de 24.750 funcionarios. Vayase a la página 64 que tan sólo 2.750 de los puestos que se elimnan corresponden al equivalente a funcionario (civil service).
Aquí no acaba la cosa. Se alaba a los Irlandeses por tan valiente medida. Pues bien, dicha medida ni tan siquiera es algo valiente y radical. Entre el año 2010 y 2015, se preve pasar de 307.900 empleados públicos a 294.700. Hablamos por tanto de eliminación del 8,0 %. Pues bien, ¿alguien se ha molestado en echar la cuenta lo que va a suponer la eliminación de funcionarios (sólo en la AGE) en ese periodo? La cuota de reposición hasta nueva orden (que es de suponer no llegue antes de 2015) es de un 10%. Eso significa que de cada 10 funcionarios que se jubilen sólo se restituye 1. Según el último informe de empleados al servicio del sector público en España de Enero de 2010, a comienzos de 2010 existía un total de 21.614 empleados públicos mayores de 60 años, por tanto jubilables antes 2015. Dado que en dicha fecha existían 223.449 empleados públicos en la AGE y que, por aplicación de la tasa de reposición, desaparecerían 18.894 puestos de empleados públicos, ¿saben lo que eso significa? que se elimina el 8,4 % de los puestos de empleado público en la AGE. Más que en Irlanda.
Uno comienza a estar harto del uso efectista de la palabra funcionario, del continuo alimentar del que no trabajamos y que hay que eliminar a no se cuantos miles cómo hacen otros países mientras aquí no se hace, cuando ni lo primero es cierto (con las mismas excepciones que en lo privado) y lo segundo tampoco.
Por favor, dejen de tomar el nombre de mi profesión en vano, o al menos, sean precisos al hacerlo. Y lo mismo digo al respecto de empleado público en general.